El restaurante Bálamo, conocido por sus 4.200 m² de espectacular arquitectura y su firme apuesta por la cocina mediterránea de calidad, amplía su propuesta con Gran Reserva: un nuevo espacio elegante, íntimo, privado y exclusivo de 1.000 m² dedicado por completo al mundo del vino.
Cuenta con 19 reservados, cada uno apadrinado por una bodega de prestigio, que personaliza su sala y expone sus referencias más emblemáticas. Una oportunidad única para que las bodegas conecten directamente con el comensal y trasladen su identidad a los comensales a través de la decoración, el producto y la experiencia. Poque Gran Reserva nace como un espacio donde el vino toma el protagonismo absoluto.
Algunos de los reservados cuentan con salas multiusos, adaptables mediante paneles móviles, ideales para catas, eventos corporativos, maridajes o encuentros privados. Cada sala está equipada con tecnología audiovisual para facilitar reuniones y presentaciones, y todos los reservados disponen de pantallas para proyectar contenidos exclusivos de las bodegas.
El arquitecto Rui Costa se ha encargado de fusionar el carácter sobrio y elegante del mundo vinícola con una puesta en escena que recuerda a las grandes funciones: alfombras y cortinas granates, maderas nobles, acero, vidrio y una cuidada iluminación.
Uno de sus elementos más icónicos es una escalera con forma de bidón de acero, que conecta con la planta superior y simula estar dentro de una bodega desde el primer momento.
Con Gran Reserva, Bálamo amplía su universo gastronómico y da un paso más en su compromiso por ofrecer experiencias únicas. Este nuevo espacio consolida al restaurante como uno de los lugares más singulares de la capital para disfrutar del vino con los cinco sentidos, además de posicionarse como el enclave perfecto para la celebración de eventos. Desde reuniones privadas o corporativas hasta cenas de gala, presentaciones o convenciones.